hambre emocional

 

¿Hambre real o emocional?

Parece fácil diferenciarlo y se ha escrito mucho sobre el tema, sin embargo, me seguís preguntando sobre esto a menudo, así que ahí va mi post de hoy. ¡Dedicado al HAMBREEEE!

 

¿Qué es el hambre? ¿Para qué sirve?

Es lo primero que deberíamos preguntarnos.

El hambre es un mecanismo de nuestro organismo para avisar cuando nuestras células necesitan energía y nutrientes. Cuando el estómago se vacía manda señales al cerebro, y cuando el nivel de glucosa en sangre disminuye también llegan señales al cerebro para recuperarla.

Estos mecanismos no son inmediatos, ocurren poco a poco. Por tanto, una de las diferencias entre hambre real y emocional: cuando es hambre real:

  • va a pareciendo paulatinamente.
  • Además, si pensamos que a nuestras células les da igual si comemos un alimento u otro (partiendo de la base de que preferiblemente sea un alimento saludable), cuando tenemos hambre real cualquier alimento nos parece bien;
  • cuando comemos, nos saciamos,
  • y después de comer, nos sentimos bien.

 

Ahora bien, cuando es hambre emocional:

  • aparece de repente (porque la emoción a la que responde esa hambre aparece también de repente).
  • suele estar ligada a un tipo de alimento concreto, hambre de patatas fritas, de chocolate, etc. (lo que solemos entender como premios o comida reconfortante)
  • cuando comemos no nos saciamos (porque la emoción sigue ahí, sin haber sido atendida reclamando más)
  • después de comerlo nos sentimos mal, culpables.

 

¿Qué hacer cuando no sabes diferenciarlas?

Además de haber leído todo lo anterior, espera 20-30 minutos; si después sigues teniendo hambre, come; seguramente sea hambre física. Si ha desaparecido, enhorabuena, has conseguido esperar y pasarla. En esos 20 minutos de espera haz algo, preferiblemente que te guste: sal a dar un paseo, llama a un amigo o familiar, baila un poco, escribe, date una ducha…

 

Ahora ya que sabes diferenciarla, ¿cómo aprender para el futuro?

Esta quizá sea la parte menos sencilla y a la vez, la que más beneficio te va a aportar. Cuando sientas hambre y ya sepas que es emocional, intenta conectar con esa emoción. Busca dentro de ti, identifícala y escríbela en un papel. Solemos sentir hambre emocional ligada a emociones como el aburrimiento, el estrés, la ansiedad, la tristeza, la euforia o incluso la felicidad.

Tómate esta oportunidad para conocerte mejor. Es como un juego. Cuando la hayas identificado y escrito, decide después si sigues adelante o esperas. Este es un ejercicio fantástico de toma de conciencia.

Con el tiempo te será más fácil identificar tus emociones, y tendrás más práctica llevando tu atención a otras actividades para paliarlo. Y cuando seas ya el/la maestro/a de las emociones, las identificarás rápidamente, las aceptarás y no las conectarás con la comida. En esta última etapa yo misma sigo trabajando ? pero como dijo Cicerón,

 

Si quieres aprender, enseña.

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