
Desde pequeñas nos han educado en el tratamiento, no en la prevención.
Yo quiero reivindicar, desde aquí, el poder individual y social que tenemos para con nuestra salud. E invitarte a ser actuante, en vez de paciente. Esto conlleva querer conocerse, no temer al cambio y ser paciente y curiosa.
El bienestar y la salud son estados completos que deberían ser innatos y condición del ser humano. En muchas ocasiones me encuentro con personas que han aprendido a convivir con el malestar, que tienen síntomas como parte de su día y día y se resignan a ello, e incluso a tener tratamientos prolongados o de por vida.
En la mayoría de las ocasiones, detrás de un síntoma, de una enfermedad, hay muchos factores. Incluso en el caso de enfermedades hereditarias también podríamos hablar de cómo influye nuestro estilo de vida y actitud en nuestros genes y sobre todo en cómo éstos se expresan.
La alimentación, el descanso, el movimiento, el contacto con el aire, el sol, la tierra, nuestros pensamientos, nuestras relaciones con otras personas y con nosotras mismas… Todo todo TODO, influye en nuestra salud.
Escuchando a nuestro cuerpo y nuestros síntomas
Cuando tienes un síntoma, por pequeño que sea, un dolor de cabeza, una diarrea, picor en la piel, o duermes mal, para un momento antes de ir a por ese paracetamol (tan normalizado hoy día en nuestras vidas), antes de buscar en internet donde comprar melatonina, etc.
Párate y piensa cómo sería ir a la causa que hay detrás de todo síntoma. Sí, ya se que en ocasiones es difícil, o desagradable mirar ahí dentro; a veces porque la inercia nos lleva, estamos muy ocupadas, o porque alguna vez que hemos asomado la cabeza en nuestro interior y rascado un poquito, no nos ha gustado lo que ha salido de ahí.
Pero déjame que te diga que ese es el único camino. Si lo hacemos con curiosidad, si queremos saber, conocernos, querernos y respetarnos, la única forma es mirarnos. A partir de ahí, conseguir llevar un estilo de vida acorde con nosotras, nuestra forma de ser, nuestras situaciones individuales, y nuestros valores, creencias, objetivos vitales… es más sencillo, y empezamos a entender, a entendernos, y a hacer esos pequeños cambios de forma sencilla, agradable, vemos el resultado y queremos más. Porque el camino hacia el bienestar físico, emocional, mental, engancha, es adictivo y quieres más.
En ocasiones, es comprensible acudir a algún tratamiento, lógicamente. Un analgésico para ese flemón, hasta que vayas al dentista. O una cirugía necesaria, o ese antibiótico, cuando la infección se presenta y lo requiere. En absoluto debemos ir en contra de la medicina, pero sí, educarnos, conocer nuestro cuerpo, nuestra biología, fisiología, entender qué nos pasa y por qué y después actuar en consecuencia; que no hemos venido a este mundo a sufrir, claro que no. Pero tampoco hemos venido a caminar de puntillas, anestesiadas y sin enterarnos de qué está pasando.
Los medicamentos y suplementos ya sean naturales o químicos, si tienen un efecto en ti, pueden tener también efectos secundarios.
Sabiendo qué tenemos entre manos, podemos decidir.
¿Sabías que más de 300 millones de personas en el mundo consumen suplementos dietéticos y herbales?
Obviamente, se espera que sean seguros, efectivos y de la calidad adecuada. Sin embargo, la compleja naturaleza química de los suplementos dietéticos dificulta la evaluación de su eficacia y seguridad.
En cuanto a medicamentos químicos, ya sabemos que todos tienen contraindicaciones y pueden presentar efectos secundarios. Si tienes que tomártelos, hazlo habiéndote informado bien antes. No te automediques, busca un buen profesional de la salud que te indique, y, sobre todo, hazlo de forma puntual, y no evitando buscar esa causa subyacente, porque el síntoma no va a desaparecer, solo lo estamos acallando.
Si lo intentas, pero no lo averiguas, para eso estoy yo, para ayudarte a identificar aquellas áreas o hábitos de tu vida que te crean malestar y falta de salud, ayudartte a solucionarlos y a prevenir.
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En la educación y la consciencia, está nuestra libertad y nuestro bienestar. Actúa y responsabilízate de aquello que está en tu mano, que es mucho.
¡Somos poderosas!